sábado, 20 de abril de 2013

Sobre la universidad atollada
 
Me declaro una admiradora de Mauricio García,  este post es incluso una confesión al respecto. Como sea, se trata sin duda de una de las mentes más brillantes con que cuenta nuestro mundillo intelectual de columnistas pequeñoburgueses y editores (y ahora lleno de hipsters), leer su columna es un asunto incluso orgiástico.

Su última columna muestra una preocupación casi que angustiante respecto a la situación de la Universidad Nacional, se puede sentir que le duele la universidad, y el mismo tiene mucha autoridad para hablar de esto, me refiero a que es profesor y conoce además muy bien la situación. Sin embargo, su columna me parece que en esta ocasión sucumbió un poco a ese mismo dolor.

La columna se encuentra claramente motivada por un vídeo, que ha circulada por la red y en noticieros, donde unos capuchos que planean algún tipo de accionar con una volqueta, entran en choque con la comunidad universitaria (entiéndase alumnos y estudiantes), que al menos en esta ocasión quieren impedir la operación. En principio, no se podría atribuir realmente el hecho a un grupo en especifico, podría ser, como señaló un noticiero, de unos sujetos encapuchados que planeaban más un robo, pero esta también la posibilidad de que se trate del grupo de capuchos que actúan en la Nacional.

A esto por supuesto se suma, el paro de los trabajadores, que amenaza de nuevo con reactivarse. En fin que la Universidad, parece ahora tan frágil, no hay certeza si se podrá terminar el semestre, y por supuesto subsiste el asunto de la reforma a la educación que parece una especie de tregua también frágil.

Bajo esta situación, sin duda abrumadora, es que Mauricio García, llama la atención sobre lo que ha sido el accionar tanto del sindicato de trabajadores, de los capuchos, e incluso podríamos pensar que de los propios estudiantes, en el sentido que la estrategia de afectar la normalidad académica, podría tanto ser responsable en parte de la crisis que hoy padece la universidad, como empeorar la situación. Es entonces un llamado a pensarse otro tipo de estrategias.

Claro, y si lo pensamos podría tener razón, pero al mismo tiempo podría ser injusto esperar que esto no fuera así, más aun cuando la estrategia realmente les funciona. Es decir que creo que es ingenuo pensar que estos actores van abandonar su estrategia de provocar irregularidad académica, cuando esta es la forma más efectiva que tienen para obtener sus objetivos.

Pensemos primeros en los capuchos, su accionar se basa precisamente en ese tipo de confrontación, de acción directa, eso supongo, no es todo lo que hacen, pero al menos este particular apéndice que llamamos capuchos actúa de esta forma, existe para eso o al menos de manera principal. Claro existen otro tipo de capuchos, pero estos a que nos referimos actúan así, que finalmente es más lo que la universidad en conjunto pierde que lo que gana, pues sí, pero con esto ganan como grupo, como organización.

Lo mismo con los trabajadores, no podemos pedirle a unas personas que tienen que pagar cuentas, etc, que renuncien a su derecho de huelga, porque resulta que al final a la universidad le cuesta más cada día de paro que el bono ese que les reconocieron, pues no, además porque la experiencia les mostró que esa era la única forma para conseguir el incremento.

Y finalmente podemos pedirles a los estudiantes que no entren a paro?, pues tampoco, cuando precisamente esa fue la única forma para que se cayera la reforma a la educación.

Parece entonces que estamos en un callejón sin salida. Pero tampoco creo esa sea la única lectura que se pueda dar, de alguna manera estas reivindicaciones podrían llevar a algo más, es decir el paro de estudiantes debería llevar a indagarse por el modelo de educación que queremos para el país, el paro de los trabajadores debería también ser un espacio para pensarse cuál es el papel de los funcionarios es ese modelo, e incluso la acción de los capuchos usada de una manera más creativa podría llevar a una reflexión sobre la responsabilidad del estudiante como persona que accede a la educación pública, quizás entonces más que un cambio en la estrategia frente a la normalidad académica, lo que debería haber es un dialogo o una estructuración de los sectores, que si han logrado ya tanto de manera separada y que podrían conseguir mucho más juntos. Puede pasar esto bajo normalidad acádemica, lo dudo.

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