Al leer a Foucault parecería existir en el mismo una adopción de la teoría marxista. Así por ejemplo el nacimiento de la sociedad disciplinar está en el centro mismo de las relaciones de producción capitalista.
En Vigilar y Castigar el autor
señala: “Si el despliegue económico de
Occidente ha comenzado con procedimientos que permitieron la acumulación de
capital, puede decirse quizá, que los métodos para dirigir la acumulación de
los hombres ha permitido un despegue político respecto de las formas de poder
tradicionales, rituales, costosas violentas, y que caídas pronto en desuso, han
sido sustituidas por toda una tecnología fina y calculada del sometimiento… El
crecimiento de una economía capitalista ha exigido la modalidad especifica de
poder disciplinario, cuyas formulas generales, los procedimientos de sumisión
de la fuerzas y de los cuerpos, la “anatomía política” en una palabra, pueden
ser puestos en acción a través de los regímenes políticos, de los aparatos o de
las instituciones muy diversas.”(Foucault 1975: p.223-224)
Esto recuerda, la lectura que
realiza Althusser sobre la obra de Marx, en la cita en que Marx se refiere las relaciones de producción como relaciones
de dominación:
“La forma
económica especifica en la cual el sobretrabajo no retribuido es extraído a los
productores inmediatos, determina la relación de dominio y de servidumbre
tal como se deriva inmediatamente de la propia producción, y reacción a su vez
sobre ella de manera determinante. Es en la comunidad económica, nacida de las
relaciones de producción y de ahí, al mismo tiempo, su estructura política específica.
En la relación inmediata con los productores inmediatos- relación cuyas formas
corresponden siempre, conforme a su naturaleza, aun grado de desarrollo
determinado del modo de trabajo, y por lo tanto, a un cierto grado de
desarrollo de su fuerza productiva y social es donde encontramos el secreto más
escondido de toda la construcción social y, en consecuencia, también de las
formas políticas de la soberanía, y de la relación de dependencia, en un palabra
de cada forma de este estado específico.” (Citado por Athusser 1967: p. 190)
Para Marx, la sociedad se
organiza a partir de su relación con los medios de producción, o mejor con la
distribución de estos medios, lo cual da lugar a relaciones de producción, las
cuales establecen las relaciones de los sujetos entre si y las formas políticas específicas. En palabras
de Atlhusser:
“En el
texto que acabo de citar, vimos demostrar a Marx que tal forma de combinación
de los elementos presentes implica necesariamente un cierta forma de dominio y
de servidumbre indispensables para asegurar esta combinación, es decir, una
configuración política de la sociedad”. (Althusser 1967: p.191)
Lo que quisiera señalar en esta
especie de comentario, es que Foucault, contrario a lo podría concluirse en
Vigilar y Castigar, no considera que las relaciones de dominación sean
necesariamente producto de las relaciones de producción, ni que estas últimas
determinen las primeros. Esto a su vez trae implicaciones metodología, ya que
si se considera las relaciones de dominación como consecuencia de las formas de producción, la explicación de
las superestructura jurídico-política deberá realizarse a partir de las
primeras; lo cual no sucede en la Foucault, más bien se puede considerar que tan sólo la disciplina como técnica de ejercicio del poder tendría
su origen en la sociedad burguesa.
Ahora bien, esto no resulta claro
en la obra de Vigilar y Castigar donde como se señaló, si existe un referencia
expresa al capitalismo como modelo económico que permitió el nacimiento del poder
disciplinar, pero resulta mucho más claro en el Curso del 14 de enero de 1976, donde Foucault con ocasión de
establecer las relaciones entre norma jurídica, realiza unas seria de
precauciones metodológicas, que terminan por convertierse no únicamente en una
critica a las teorías contractualistas del poder soberano, sino adicionalmente
a la forma marxista de entender las relaciones de poder como relaciones de
producción, o si se quiere saber entre formas de dominación y sociedad
burguesa. Cabe aclarar que este texto no
se encuentra en el programa, pero fue abordado en la clase de Teorías y problemas contemporáneos del Estado.
Las cinco precauciones
metodológicas de Foucault, comprender una forma de enteder el poder como algo
trasnversal, reticular, descentrado capaz de a la vez de producir al individuo
lo atraviesa, y productor de saber, y a abordarle metodológicamente desde sus
puntos externos, su micromecanica sus relaciones de exclusión. Al respecto señala en su tercera precaución de
método: “no considerar el poder como un fenómeno de dominación masiva y homogénea de un individuo sobre los otros, de
un grupo sobre los otros, de un clase sobre las otras; sino tener
presente que el poder, si no se lo contempla desde demasiado lejos, no es algo
dividido en los que lo poseen, los que lo detentan exclusivamente y los que no
lo tienen y lo soportan”. (Foucault: 144)
Y de manera más clara: “En el análisis
descendente, del que pienso se debe desconfiar, podría decir que la burguesía,
se ha vuelto, a partir de finales del siglo XVI y XVII la clase dominante;
supuesto esto ¿cómo deducir de aquí el encierro de los locos? La deducción se
puede hacer siempre, es fácil, y es justamente esto lo que reprocharía; en
efecto es fácil mostrar que, siendo precisamente un loco un inútil para la
producción industrial, la burguesía se vio obligada a deshacerse de él. …Estas
deducciones son siempre posibles, son al mismo tiempo verdaderas y falsas, son
demasiado fáciles ya que se podría hacer justamente lo contrario y mostrar
cómo, partiendo del principio de que la burguesía llega a ser una clase
dominante, los controles de la sexualidad
no era absolutamente necesarias…cuanto mayor fuese la fuerza-trabajo, tanto
más plenamente y mejor hubiese podido funcionar el sistema de producción
capitalista”. (Foucault 1979: p. 146)
Lo que plantea Foucault, es que
las formas de producción no han creado
necesariamente las relaciones de exclusión y de dominación, sino que se ha
servido de la técnica de exclusión, “más bien, los mecanismos de exclusión de
la locura, de vigilancia de la sexualidad infantil, llegado un momento y por razones que hay que estudiar,
pusieron de manifestó un provecho económico, una utilidad política y, de golpe,
se encontraron naturalmente colonizados y sostenidos por mecanismos globales,
por el sistema del Estado; y es partiendo de estas técnicas de poder y
mostrando sus beneficios económicos o las utilidades políticas que de ellos se
derivan, en un contexto dado y por determinadas razones, como se puede comprender
que de hecho estos mecanismos terminen por formar parte del conjunto”.(Foucault
1979: p. 146)
Lo mismo puede aplicarse a las
formas políticas, las cuales tampoco serían el producto necesario de las
relaciones de producción, sino que estas se servirían de las mismas. Es así como
Foucault se extraña de que pueda tener vigencia en el capitalismo la teoría de
la soberanía, en la cual la soberanía como alma del Leviatan (en la versión
Hobesiana), estaría compuesta por un numero de individualidades ensambladas y
personificada en el soberano.
Para Foucault la teoría
jurídico-politica de la soberanía tiene implícita la idea del rey, propio del
feudalismo y que resultaría incompatible con la aparición en el siglo
XVII-XVIII de la disciplina como nueva mecánica del poder.
La contrapartida al poder soberano seria el
poder disciplinario, que se inscribe sobre los cuerpos y no sobre los medios de
producción, a la apropiación del poder y no a la distribución de la riqueza,
que se base en sistemas permanentes de control y no en la existencia del
soberano. Este tipo de poder disciplinar si sería propio de la sociedad
burguesa. El nacimiento de la sociedad disciplinar debió llevar a la superación
de la teoría de la soberanía, pero en su lugar se actualizado.
La razón para explicar la
supervivencia de la teoría de la soberanía en la sociedad capitalista o sociedad
disciplinaria, es que la teoría de la soberanía permitió establecer un sistema
de derechos y de democratización de la soberanía escondiendo el ejercicio efectivo de la dominación
disciplinaria. En palabras de Foucault: “Creo que el proceso que ha hecho
fundamentalmente posible el discurso de las ciencias humanas es la
yuxtaposición, el choque de dos líneas, de dos mecanismos y de dos tipos de
discursos totalmente heterogéneos: por un lado la organización de un derecho en
torno a la soberanía y por otro la mecánica de las sujeciones ejercidas por la
disciplina”
En conclusión se considera
que no existe en la teoría Foucaultiana acogida de los postulados marxistas,
específicamente en lo que tiene que ver con la relación entre relaciones de
producción y relaciones de dominación, lo cual a su vez marca un divorcio con
el método marxista (o materialista-histórico), ya que en Foucault la pregunta
por el funcionamiento del poder es abordada por prevenciones metodologías que
no permiten la inscripción en la división de estructura, superestructura.
Esto al menos a partir de
los tres textos que se citan, por lo que una lectura más completa de la obra de
Foucault, podría llevar a distintas conclusiones.
BIBIOGRAFIA
Althusser, Louis. “VIII. La Crítica de
Marx”. Contenido en. Althusser, Louis. Para leer el capital. Siglo XXI
Editores. Buenos Aires. Argentina. 2004. [pp. 178-196]
Foucault, Michel. “Disciplina” Contenido
en. Foucault, Michel. Vigilar y Castigar. Siglo XXI Editores. Buenos Aires.
Argentina. 2004 [pp. 139-230]
Foucault, Michel. “Curso
del 14 de
enero de 1976”.
Microfísica del poder.
Madrid: Ediciones de La
Piqueta. 1979 [pp. 139-152]
No hay comentarios:
Publicar un comentario