jueves, 12 de junio de 2014

La izquierda y la segunda vuelta en Colombia


La izquierda y la segunda vuelta en Colombia


No recuerdo la última ocasión en que la izquierda colombiana reflexionó en extenso sobre el papel que debería asumir de cara a las próximas elecciones presidenciales. La conclusión general parece ser la que podríamos llamar el “voto con asco”, esto es el voto por Santos aún cuando se trata de un neoliberal.

La pregunta es sin duda un cuestiona miento moral que se hace la izquierda, frente al ser consecuente con su ideología en esta particular coyuntura, más allá de una simple preferencia se puede interpretar como una decisión desesperada frente a lo que puede ser el panorama de un vuelta al poder del uribismo.

Se pueden identificar tres o cuatro posiciones frente a esta segunda vuelta. La de la izquierda que votará por Zuluaga, esta posición fue defendida por el escritor William Ospina, quien en su artículo del espectador1 señala que entre los dos males, prefiere el uribismo a la vieja élite colombiana. Con su voto, Ospina castiga a Santos por su pertenencia de clase, culpable de los males de este país durante el último centenario, y su participación en el gobierno de Uribe del cual pretende salir sin macula.

Para Ospina si bien ambos son neoliberales, Zuluaga representa otra clase que no es aburguesaría decimonónica, la posición de Zuluaga le parece coherente y más propicia para una posible paz, que la paz de Santos que podría no cumplir con lo prometido.

Dentro del Polo Democratico (el partido de centro-izquierda), la coyuntura ha generado divisiones entre los sectores que de un lado apoyan a santos a regañadientes y los que llaman al voto en Blanco. Entre los últimos la principal figura es el senador Robledo, para este votar por cualquier de los dos resulta una contradicción, claramente se situá desde ya en su lugar como oposición bajo cualquier desenlace.2

De otro lado se encuentra la parte del Polo que ante el temor de que Zuluaga sea electo, prefiere votar por Santos. La principales razones de estos son: que ante todo se debe evitar a cualquier costa la vuelta al poder del uribismo, que se pasó por la galleta todo la legalidad, e insititucionalizó el narcoparamilitarismo. En segundo lugar, consideran que el voto por Santos es un deber frente al compromiso que tiene la izquierda con la paz, algunos sectores un poco más críticos, entienden que se trata de un modelo de paz que no tiene en cuenta al campesinado ni resuelve de fondo los problemas del país, pero aún así lo prefieren frente a el obstáculo que significa para el proceso de paz, la elección de Zuluaga.

Algunos análisis en este mismo sentido, intentan superar la contradicción que significa votar por el neoliberalismo de la elite gobernante, señalando cómo históricamente los grupos oprimidos se han visto en la obligación de apoyar a una parte de las élites para evitar que el sector más oprimente de sus libertades llegue al poder.3

En muchos de estos análisis se considera inmoral para alguien de izquierda el votar en blanco u abstenerse, ya que en cualquier de los dos casos el beneficiado seria el candidato Zuluaga habiendo hecho caso omiso del llamado historico por la lucha de la institucionalidad frente al peligro que significa la vuelta al poder del Uribismo4.

Desde el inicio todos estos interrogantes se dirigen a la una pregunta moral, sobre cuál debería ser el papel de un votante de izquierda en estas elección, aún cuando la izquierda misma no tengan el peso electoral para ser decisiva en las próximas elecciones. Lo que todas posiciones muestran de la percepción del votante de izquierda es de un lado la máxima moral de coherencia, esto va desde el radicalismo que podría pedir la absoluta coherencia como para no votar bajo ninguna circunstancia por el neoliberalismo, o las posturas “moderadas” del menor de los males.

Considero que el argumento de la paz es el más peligroso por ser el menos reflexivo de todos, de qué tipo de paz hablamos, qué pasará si no se consigué y aún cuando se consigua que significa esta para la izquierda?, es en realidad esta forma de paz la prioridad para el país?.

En segundo argumento es más real, en efecto la izquierda sabe muy bien lo que el Uribismo significa para la institucionalidad, para las libertades públicas etc.

Pero finalmente lo que molesta de esta posición de izquierda es la abierta referencia la voto con asco5, para otros el voto con miedo6, pienso que esa no debe ser la actitud de una persona de izquierda para acudir a las urnas, el no quiero pero me toca me parece que es el lugar común de esta posición, y creo que no permitirá a la izquierda tener la fortaleza necesaria para hacer oposición que es precisamente la única fatalidad para la izquierda de cara a estas elecciones.
1http://www.elespectador.com/opinion/de-dos-males-columna-495794
2http://www.bluradio.com/66195/mi-conciencia-me-impide-votar-por-zuluaga-o-santos-senador-jorge-robledo
3http://palabrasalmargen.com/index.php/articulos/nacional/item/ser-de-izquierdas-y-la-segunda-vuelta-electoral-reflexiones-desde-la-teoria-politica?category_id=138
4http://www.semana.com/opinion/articulo/maria-jimena-duzan-votar-por-conviccion/390714-3
5http://palabrasalmargen.com/index.php/articulos/nacional/item/son-los-abstencionistas-y-los-partidarios-del-voto-en-blanco-simplemente-superficiales-dogmaticos-y-egoistas?category_id=202
6http://www.semana.com/opinion/articulo/antonio-caballero-resignacion-miedo/387943-3