lunes, 3 de junio de 2013

HISTORIA DE MUSEO
 

Escribo una historia que son tres historias, una historia que vincula a tres persona muy diferentes, pero que a su vez es la historia de tres personas entre seguramente cientos de historias que podrían tener el mismo escenario. Se trata de tres historias no artificialmente vinculadas, pero en cuya escogencia esta la selectividad de quien la escribe, una selectividad que no es del todo caprichosa  ya que yo tampoco podría tener acceso a la totalidad de esas historias, aún así, el que traiga aquí estos eventos  entre otros y los traiga ahora de manera conjunta es un asunto de mi cosecha.
 
El que además los conozca y pretenda traerlos aquí,  habla de mi posición como espectador privilegiado dentro de este escenario, y aquello de espectador es apenas una metáfora ya que algunos de estos eventos nos los llegué a presenciar, pero por mi posición privilegiada los conocí de segunda mano, y también desde esta posición privilegiada fue que tuve acceso a algunos.
 
No está acá recogido lo mejor a lo que mi experiencia privilegia me dio acceso, por eso este relato se convierte también en una renuncia a transmitir lo mejor de esa experiencia.  El relato se sitúa en el punto medio entre lo que mi posición me permite conocer aunque no sea  de primera mano y lo que  en efecto no conocería por fuera de esta posición, frente a lo que me habría gustado conocer desde otra posición, por ejemplo como lector de esta historia. Estoy dividido entonces entre el espectador privilegiado que fui y el lector que me habría gustado ser.
 
Recurría a la cronología para recrear estos eventos, pero no existió vinculo cronológico entre los mismos, pudieron haberse presentado de manera simultánea y esto no cambiaria en nada la historia, aunque en efecto no sucedieron simultáneamente,  y también  habría que preguntarse frente a que se daría esa simultaneidad (la simultaneidad del reloj, por ejemplo?).  Se puede considerar que cualquier cronología es acá una arbitrariedad, la arbitrariedad de la propia forma en que se dieron los eventos, o la arbitrariedad en la que tuve accesos a los mismos, que ahora se convertiría en la cronología arbitraria de este relato, así por ejemplo he retrasado arbitrariamente el recuento de estos eventos y ya mi lector estará impacientándose, ¿Quisiera acaso que fuera más rápido?
 
Bueno  es simple,  tres personas con roles establecidos, un vigilante, una performista y un visitante, los tres  están por x o y motivo en el museo, el vigilante hace lo suyo, la performista se vuelve un tanto molesta  y el visitante daña una obra. Eso es todo, aquí tienes tu historia, que no  ve cómo esta pueda estar relacionado, si bueno pero para eso requeriría más detalles que se transformaría en más tiempo. Que me concentre en la historia en vez de estar hablando de mí, pero es que si escribo en la forma en que lo percibí pues, no estaría dejando de hablar de mí, ¿Quieres que me busque otro narrador? Cual, el omnisciente?, prefiere que Dios le cuente esta historia. Tengo una idea, contarlo como hecho social, como estudio de caso, creo que eso evitaría el que una persona como yo que le ha hecho perder como cinco minutos leyendo estupideces arruinara la historia, listo.
 
Siguiendo a Michel Foucault, las instituciones pueden entenderse como relaciones más bien estables que imponen a los sujetos ciertas formas de poder, entre las instituciones más conocidas se encuentra la fabrica, la escuela y la institución que nos convoca, que es el Museo. Los Museos tienen su origen en las Iglesias que  expusieron por primera vez  a un público creyente  los  tesoros que albergaban, de allí viene la solemnidad con la que aún nos acercamos al arte en los museos. Aburrido?  Mire el punto creo es que si me dejo aconsejar de usted esto no funciona, como ahora que me está odiando por querer complacerlo, entonces o sigue leyendo mi historia así como viene, o me deja aquí mismo. No sabe de que le hablo?, que usted solo está leyendo tranquilamente, que ni crea que puedo saber qué piensa usted?,  Es cierto, el punto es que no sé cómo puedo escribir esta historia, y obvio tampoco pretendo que usted me diga cómo, renuncio.